viernes, 21 de agosto de 2015

El resplandor del eterno femenino

Fernando Zamora
@fernandovzamora


En el contexto del 14 Festival Internacional de Cine de Horror–Macabro, aparece en la cartelera mexicana Controra. House of Shadows, película que en su estética imita las glorias del terror italiano de los setenta. Ahora bien, para encontrar la belleza en esta clase de cine siempre es necesario estar lo suficientemente enamorado del género como para reconocer las influencias, los guiños y, en fin, las referencias que salpican la pantalla con esa fruición con que Dario Argento nos salpicó de sangre en su momento.

Y justamente, lo primero que llama la atención aquí es el hecho de que la directora haya decidido evitar el gore. Controra: House of Shadows asusta, sí, pero con ausencia de sangre.

Para conseguir el horror macabro que anuncia el ciclo, la directora genera más bien un clima de esoterismo, un morbo que eriza la piel y hace justicia al eslogan de la película: “Mientras más fuerte es la luz, más intensas son las sombras”. Con esta frase, la directora Rossella De Venuto hace una declaración de principios: a ella lo que la guía no es tanto Dario Argento como Stanley Kubrick, quien en The Shining, de 1980, consiguió aterrorizar con el resplandor de la luz y no con la ambigüedad de la sombras.

En italiano, controra refiere a ese momento del día en que el sol está en lo más alto del cielo y brilla tanto que es casi imposible ver. Controra, como The Shining, aterra en un ambiente en que son las luces y no la oscuridad lo que deja ciego.

Y en la película resplandece también el rostro de Fiona Glascott, actriz irlandesa que en esta House of Shadows es una pintora dublinesa que, casada con un hombre italiano, tiene que marcharse a vivir a la orilla del Mediterráneo, en un lugar que también sabe de castillos macabros pero en un sentido muy distinto al de aquellos que se levantan en el norte de Europa.

Controra aspira a ser un clásico no porque siga la escuela de Kubrick sino porque la casa heredada y repleta de fantasmas aún está dando material para seguir filmando. El folclor del sur de la península brilla también en esta película de hermosura canicular.

Todo clásico aspira a volver a contar lo mismo pero desde una perspectiva que nadie haya visto. Si Controra lo consigue es algo que ha de decidir el espectador, pero hay aquí dos cosas muy originales. Para empezar, la película ha sido dirigida por una mujer. El género está prácticamente acaparado por hombres, así que dejarse aterrar por una realizadora tiene de suyo un encanto. Además, ofrecer una película de miedo en el ambiente del sureste italiano es también digno de ser notado, pero ojo: no todo es excelente en esta película, el final es predecible, y escuchar a los italianos hablando inglés resulta chocante.
Como sea, Controra es una película cuando menos interesante en el contexto de una cartelera cinematográfica que en este verano parece agotada con secuelas de toda clase. Así, Controra brilla con la hermosura de un horror que no solo los fanáticos del género son capaces de ver.

Controra: House of Shadows (Controra). Dirección: Rossella De Venuto. Guión: Rossella De Venuto. Fotografía: Ciarán Tanham. Con Fiona Glascott, Federico Castelluccio, Kelly Campbell. Italia, Irlanda, 2014.


viernes, 14 de agosto de 2015

El fantasma de Hunt

Fernando Zamora
@fernandozamorav

Dicen que uno es esclavo de sus secretos. Tal parece el caso de Ethan Hunt, héroe de la serie televisiva que Tom Cruise en el clímax de su fama y poder económico llevó al cine a punta de buenos guiones, buenas actuaciones y extraordinarios directores. Al menos así fue en las primeras tres emisiones de la franquicia. Una franquicia que llega ya al número cinco: Rogue Nation.

La primera Misión: Imposible en 1996, resucitó esta serie televisiva que fascinó en la infancia a Tom Cruise. Dirigía Brian de Palma y su talento se nota en el ritmo, en los cortes, en la cámara que parece vivir.

En la segunda, Cruise consiguió a otro director excepcional. John Woo parecía haber entendido que los golpes en esta clase de historias son pretextos para ofrecer una danza. La influencia de Woo no desaparecería ya en las siguientes películas de la misión imposible de Cruise.

En 2006 J. J. Abrams dirigió para la productora Cruise/Wagner la tercera parte de Misión: Imposible, la mejor. El guión es coherente y contenido, las coreografías son un deleite y además aquí está Philip Seymour Hoffman en el pináculo de su carrera. Seymour Hoffman es el malo perfecto y Abrams en el 2006 se perfilaba para suceder a Spielberg en la farándula hollywoodense. Hasta la fecha creo que lo es. Como suele suceder, sin embargo, al llegar tan alto es difícil seguir el ascenso. La cuarta parte es vulgar. Misión: Imposible se convirtió en una franquicia en el sentido más frívolo del término. Y la tendencia continuó. La Misión: Imposible que ahora está en cartelera, más que mala, es patética.

Patética porque apela a lo más vulgar de nuestras emociones. O no sé yo qué pensaba Cruise al desnudarse y mostrar en su espalda las primeras curvas que no se deben al músculo sino a la senectud. No digo que Cruise sea un anciano, pero hay tomas que o no vio o no pudo ver. Con respecto a la cara: como todos los enfermos que padecen de un Trastorno Dismórfico Corporal, Tom Cruise se preocupa tanto por parecer joven que resulta chocante. Su sonrisa es falsa todo el tiempo, la nariz se nota operada y los ojos heroicos de Ethan Hunt se han vuelto los de un iluminado enloquecido. Algo similar ha sucedido con Mel Gibson.

Vale la pena comparar a Cruise no con sus antiguas glorias (cuando trabajó con Woo, con de Palma, con Abrams). Vale la pena compararlo con Clint Eastwood. Eastwood no dejó de ser héroe a causa de la edad; al contrario, se dio cuenta de que la edad da a los héroes un aire quijotesco. Eastwood cayendo del caballo en Unforgiven de 1992 resulta, en efecto, inolvidable. Pero Cruise es incapaz de mirarse en el espejo y aceptar la simple realidad de que diva o no, también él morirá
.
Si el guión fuera bueno, uno pasaría por alto a un Ethan Hunt que parece haber desaparecido dejando a esta Misión: Imposible vacía, llena de fantasmas. Pero no. Aquí vagan los temas clásicos; aquí vagan los guiños del gran cine de espías que todo fanático quiere ver. Pero son eso: fantasmas, peripecias sin vida, referencias que han perdido su sabor.

Mission: Impossible–Rogue Nation (Misión:Imposible 5). Dirección: Christopher McQuarrie. Guión: Christopher McQuarrie. Fotografía: Robert Elswit. Con Tom Cruise, Paula Patton, Jessica Chastain. Estados Unidos, 2015.



viernes, 7 de agosto de 2015

Dios perro

Fernando Zamora
@fernandovzamora

El globo rojo, dirigida en 1956 por Albert Lamorisse, es una de las películas más enigmáticas de todos los tiempos. En un tono que adivina el realismo fantástico, Lamorisse cuenta la historia de un niño que se encuentra con un globo que tiene vida propia. Cincuenta y ocho años después, la húngara Kornél Mundruczó ganó en Cannes el premio Un Certain Regard con Hagen y yo, que cuenta entre sus influencias a este clásico de Lamorisse. No se trata solo de que el perro de Lili resulte tan incómodo en el mundo como el globo aquél. Lo importante es el apego de dos seres que, faltos de cariño, se transforman en dioses el uno para la otra. He ahí el juego de palabras en el título original: Dios blanco.

Lili está justo en el momento de crecer. Tanto El globo rojo como Hagen y yo son películas de crecimiento que muestran al protagonista que el amor es hermano del sueño y la muerte. La escena onírica en que los globos de París se llevaban al cielo al cuidador infantil de El globo rojo tenía algo de la muerte de El Principito en el clásico de la literatura francesa.
Además de Lamorisse, hay en la historia de esta pequeña trompetista algo de Los pájaros de Hitchcock. En efecto, los globos parisinos pueden parecer inocentes (con todo y que llevan a cabo su venganza cargándosela con un niño). Otra cosa son los pájaros que, sin por qué, se lanzan a picotear a los habitantes de la costa de California. Dos reflexiones: es justo en este “sin por qué” de la venganza de los pájaros que tanto Los pájaros como El globo rojo anuncian el Boom latinoamericano. Segundo: los globos como amenaza resultan inocentes, los pájaros ofrecen un poco más de miedo. Los perros pueden ser tan terribles como anuncia el epígrafe de Rilke al inicio de Hagen y yo.

Más influencias. Lili busca a su perro perdido en Avenida México. Este hecho y el curso que toman las peripecias permiten distinguir un nuevo influjo en esta película. Amores perros parece haber encantado a la directora de Dios blanco. Es en Avenida México donde Hagen comienza a volverse Max. Huyendo de la perrera municipal el dios perro de Lili cae en manos de un hombre que no solo lo rebautiza como Max, lo entrena para volverse el perro más violento de Hungría. Hagen vuelto Max participa contra su voluntad en peleas caninas en los barrios bajos de Budapest. A partir de estos amores perros conectamos con Hitchcock.

Hagen y yo es una película bellísima. Las tomas parecen salidas de un sueño en que la directora y guionista recuerda que nuestros dioses son también nuestros demonios. La relación entre Lili y Hagen, entre Lili y Max, es en verdad la relación que tenemos con una naturaleza que creemos amable. En realidad es brutal: si quiere nos acaricia, si quiere nos desgarra a mordidas. Todo lo terrible tiene que ser amado, afirma Rilke al principio de esta película. La transformación de Hagen en Avenida México y el llanto de Max solo pueden ser revertidos por Lili y unas notas de Liszt. Después de todo, la diosa blanca se ha dado cuenta de que frente a ella tiene también a un dios.

Hagen y yo (Fehér Isten). Dirección: Kornél Mundruczó. Guión: Kornél Mundruczó. Fotografía: Marcell Rév. Con Zsófia Psotta, Sándor Zsótèr,Lili Horváth, Luke y Body. Hungría, Alemania, Suecia, 2014.