Dans la maison
ganó el Festival de Cine de San Sebastián en las categorías de mejor película y
mejor guión. El jurado no se equivocó. El filme es una muy fina exploración de
un deseo tan escandaloso que Almodóvar (quien ha tocado con soltura el incesto)
falló cuando trataba de invocarlo. En La mala educación el
director español fracasó cuando trató de tocar el espinoso tema del deseo de un
adulto por un menor. La diferencia entre La mala educación y Dans
la maison estriba en la contención. El francés construye su discurso
con distancia. No se involucra, como Almodóvar, con sus criaturas.
Las notas autobiográficas del manchego hacían muy complicadas ciertas
interpretaciones del filme, por eso él tuvo que insertarle textos y escenas que
decían a las buenas conciencias: “lo que estáis viendo de ninguna manera
aprueba este tipo de relación”. Ozon no necesita explicaciones, pero si uno
tiene la curiosidad de analizar su obra descubrirá que éste tipo de deseo no le
pasa desapercibido.
Además de utilizar una obra de teatro de otro autor,
el francés construye aquí un juego de espejos en el que no es clara nunca la
frontera entre ficción y realidad. Ozon, además, no siente la necesidad de ser
explícito. Ni siquiera en el cortometraje que le dio fama (Une robe d’été
de 1996) se sintió obligado a ser demasiado gráfico en la exploración del deseo
sexual. Fabrice Luchini interpreta al profesor con muchas tablas e
inteligencia: sus afectaciones se mueven todas en un terreno ambiguo en el que
uno no sabe nunca si es afeminado, nervioso, cómico o infantil. Fabrice Luchini
da vida a un amante de la literatura que se da tiempo para ayudar a su alumno a
escribir “fantasías adolescentes”. Gracias a este artilugio narrativo, el
director nos ofrece la posibilidad de quedarnos con una comedia de enredos o un
thriller y nada más. No es necesario ir más allá de la historia
para encontrar aquí una película deliciosa. Sin embargo, si uno tiene la manía
de descorrer el telón detrás, verá el deseo latente que en la escena cumbre del
filme golpea con esta conciencia: más que de deseo sexual, Ozon está hablando
aquí de ternura.
Dans la maison
es una de las mejores películas de este director y no es poco. Estamos hablando
de uno de los directores más importantes de Francia. Por si fuera poco, todas sus
obsesiones están aquí: el deseo, la ternura, la frontera entre realidad y
ficción y la función de la literatura en la vida cotidiana. Pareciese que con
los mismos elementos con los que creó Swimming Pool el francés
estuviese haciendo algo distinto, pero vale la pena detenerse a mirarlas bien.
Estas películas son isomorfas. Corresponden con las ideas más profundas del
cine de un hombre que no necesita ser escabroso para ser profundo, un narrador
que en el deseo exalta más la ternura que la barbarie y que tiene la elegancia
de un poeta francés cuando se trata de explorar las fronteras y las aristas del
deseo sexual.
FICHA TÉCNICA: Dans la
maison (En la casa). Dirección: François Ozon. Guión: François Ozon basado en la obra de
teatro de Juan Mayorga. Fotografía: Jérôme Alméras. Música: Philippe Rombi. Con Fabrice
Luchini, Ernst Umhauer y Kristin Scott Thomas. Francia, 2012.
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