Por: Fernando Zamora
@fernandovzamora
Cuando era adolescente
leí en el prólogo de Iluminations
de Rimbaud que la poesía solo podría escribirla un adolescente. Me pareció
exagerado, pero después de ver ¡Somos
lo mejor!, lo he pensado dos veces. Después de todo, hacer poesía no es
muy distinto de hacer un grupo Punk en secundaria. Punk y poesía surgen del
deseo de dar sentido a la inquietud frente a una realidad que nos angustia.
Además, punks y poetas se saben fuera de la sociedad reinante. Como aprendemos
en ¡Somos lo mejor!, ser punk resulta,
en el fondo, tan excéntrico como ser poeta. Klara y Bobo son dos niñas que en
primero de secundaria están interesadas en romper los esquemas de un mundo que
les resulta angosto. En el camino se encuentran con la música y —más aún— una
adorable compañera que es cristiana, algo todavía más excéntrico que ser punk y
poeta.
En los ochenta,
Suecia era todavía la economía más pujante de Europa. Estaba lejos de
encontrarse aún con la realidad de la inmigración. Los suecos, tan fresas como
la música disco de aquellos años, estaban convencidos de que el punk había
muerto. Sin embargo nuestras tres heroínas están dispuestas a demostrar lo
contrario: que el punk vive porque se contagia así, como la peste de Artaud. El
contagio del arte transforma y destruye conceptos con los que la sociedad nos
ha machacado por tradición y estupidez. La pregunta que se hacen Klara, Bobo y
Hedvig en su empresa de cambiar del mundo es: ¿también tenemos que dejarnos
transformar? Claro que sí. Para cambiar al mundo con la energía de estas tres
niñas poetas, punks y religiosas, también es necesario transformarse en el amor
de amistad que las une.
¡Somos lo mejor! está basada en el cómic de Coco
Moodysson, esposa del director y, sospecho, alter
ego de Bobo, la baterista deprimida. Todo en la producción es gran
arte: las actuaciones (Klara, por ejemplo, sabe que todo puede conseguirlo con
esa sonrisa un poco sensual y un poco boba) la edición, el montaje. Todo subraya
el cambio en las estructuras mentales de las protagonistas e incluso constatan
la transformación física que sigue por fuerza al estado de apertura mental. La fotografía
imita el estilo documental ochentero. Cada diez minutos, más o menos, el video
sufre un ruido en el color como para recordar (a quienes lo vivimos) que antes,
los rollos solían quedar mal revelados en sus puntas.
Vi är Bäst! da cuenta de este largo trayecto interior que
sufrimos durante la adolescencia, cuando la poesía es un estado vital. Nuestras
niñas sobreviven, claro, gracias al amor, el deseo, la rebeldía traviesa y una
amistad a toda prueba, pero sobre todo gracias a esa poesía de la que hablaba
el traductor de Iluminations
de Rimbaud. Y es que es cierto que para hacer poesía hay que mantenerse en un
estado de apertura muy similar al de la adolescencia, cuando queremos contagiar
y ser contagiados por todo lo que amamos del mundo. Para ser poeta hay que seguir
siendo como Klara, Bobo y Hedvig y mantenernos siempre en el ambiguo estado en
que uno no es aún hombre ni niña ni mujer.
__________________
FICHA TÉCNICA:
¡Somos
lo mejor! (Vi är bäst!). Dirección: Lukas Moodysson. Guión: Lukas Moodysson, basado en el
cómic de Coco Moodysson. Fotografía:
Ulf Brantås. Con Mira
Barkhammar, Mira Grosin y Liv LeMoyne. Suecia, 2013.
No hay comentarios:
Publicar un comentario