Por: Fernando Zamora
@fernandovzamora
Sería
sencillo descartar la nueva versión de Oldboy del estadunidense Spike
Lee comparándola negativamente con la que pareciese ser la “versión original”,
el Oldboy del coreano Chan-wook Park. En más de una crítica (tanto
estadunidense como europea) he leído que la nueva película de Lee es un remake
de la obra coreana que ganó el Gran Premio del Jurado de Cannes en 2004. Mentira.
Tanto Lee como Chan-wook Park han basado ambas películas en una popular serie
de manga japonés, Old Boy, escrita por Garon Tsuchiya e ilustrada
por Nobuaki Minegishi. El manga es una obra maestra por donde se mire, así que
dos cineastas tan distintos como Spike Lee y Chan-wook Park pueden, si les
apetece, retomar esta historia toda vez que la narrativa y sobre todo el
espíritu del texto original dejan en el lector un sabor excepcional. Para
comenzar, la serie de libros consta de 79 capítulos. Lo subrayo solo para
confirmar lo difícil de transcribir el universo de Tsuchiya y Minegishi al cine
comercial, limitado a una duración que con trabajos supera las dos horas. También
es cierto que la versión de Lee refiere al menos en dos secuencias a la película
de Chan-wook Park: cuando el prisionero colérico grita a través de la rejilla por
la que le pasan la comida “¿Quién eres?”, y en la parte más inquietante, esa
que, tal vez, pudiera ser la clave de toda la película: Joe aparece en un campo
verde, libre al fin, y la cámara lo filma a vuelo de pájaro, como mirado por
Dios. Ambas secuencias provienen del texto original y creo que Lee las retoma
utilizando exactamente el punto de vista de Chan-wook Park como para dejar
claro que sabe que ya antes que él un director coreano hizo con esta historia
una obra maestra.
No.
Lee no está retomando a Park. Tampoco el manga es tan original, toda vez que
reinterpreta a El conde de Montecristo de Dumas. Nadie aquí está
queriendo descubrir el hilo negro. Es por la diferencia de estilos que vale la
pena gozar la misma historia, mirar cómo cada director construye a este
Montecristo retorcido y alcohólico, un hombre que a menudo se enfrenta también
con escenarios kafkianos. Si Chan-wook Park exalta en su propia película lo que
hay de El proceso y La metamorfosis en el texto
original, Spike Lee exalta el paradigma del conde de Montecristo, este hombre
que durante veinte años en prisión se ha dedicado a hurgar en su conciencia:
¿cómo llegué aquí?
La
de Park es un festín, la de Lee es oscura, con menos
sentido del humor y, sin embargo, la narrativa hollywoodense permite que la
historia se desarrolle con ritmo más amable, más consistente. Uno entiende cosas
que están en el texto original y que el maestro coreano obvió en aras de dar
mayor espacio al ambiente kafkiano. En todo caso creo que tanto el Oldboy
de Park como el de Spike Lee son obras de arte, entre otras cosas porque siguen
aquí, presentes, las inquietantes preguntas del texto original: ¿qué es la
realidad?, ¿estamos viviendo dentro del sueño de un dios sicótico? Puede que
sí.
_____________________________________
Oldboy (Oldboy: días de venganza). Dirección: Spike Lee.
Guión: Mark Protosevich. Fotografía: Sean Bobbitt. Con Josh
Brolin, Elizabeth Olsen, Samuel L. Jackson y James Ransone. Estados Unidos, 2013.
No hay comentarios:
Publicar un comentario