Por: Fernando Zamora
@fernandovzamora
Alguna
vez escuché que hay dos tipos de historias en Occidente: la del héroe que
abandona su casa (como Moisés) y la del héroe que vuelve a casa (como Ulises).
Puede que sea una simplificación pero la idea funciona, sobre todo cuando se
usa como molde para escribir un filme que parece artesanal, pero termina por
ser totalmente hollywoodense. The Judge
cuenta la trillada historia de un hombre que vuelve a casa para enfrentar a su familia
disfuncional.
El
primer disfuncional es, sin embargo, Robert Downey Jr. (el hombre que vuelve). Quién
sabe qué habrá pasado con él. Comenzó su carrera con una interpretación sorprendente.
No debe haber sido fácil ser Chaplin en la película de Attenborough, pero a partir
de entonces, aún en sus mejores momentos (en The Soloist, por ejemplo), parece drogado. No será ni
el primero ni el último, claro, pero actores como Seymour Hoffman tienen el
buen gusto de actuar como si estuvieran sobrios a pesar de encontrarse a la
mitad de un viaje.
En
fin, que en The Judge otra vez
Downey Jr. sale de tono. Tengo incluso la impresión de que el director no pudo controlarlo.
Durante la función de prensa la gente reía a carcajadas. Y hacerlo no está mal,
pero el guión parece buscar más bien el llanto del melodrama.
La
historia trata de cuestionarse la buena salud de la familia americana: Hank (Downey
Jr.) se entera que su madre ha muerto y vuelve a su pueblo en Indiana. Aquí
Hank reencuentra a sus hermanos idiotas y al clásico padre castrante (el juez
del título). En efecto, la cinta se ha promocionado mal y uno puede creer que
verá un thriller de esos que
ha escrito John Grisham, pero no. Esto es cine acartonado y dulzón. Lo único
bueno es el padre de Hank, interpretado por Robert Duvall.
Duvall
comenzó su carrera, como Downey Jr., con una extraordinaria actuación. El
primer papel de Duvall, sin embargo, fue pequeño y a diferencia de Downey Jr.
sus artes crecen cada día más. Robert Duvall tenía ya 30 años cuando hizo a Boo
Radley en un extraordinario thriller
de juzgado; en 1962 fue el extraño ex convicto que aterroriza la imaginación de
los niños en To Kill a Mockingbird,
de Robert Mulligan, y hoy era el actor perfecto para interpretar al juez en
esta película de familiares que siempre se llevaron mal.
Por desgracia Duvall
no tuvo mucho espacio para lucirse con este guión, así que a pesar de su
extraordinaria actuación el filme no
sale a flote pues difícilmente una obra de éstas puede ser rescatada por un solo
actor.
Vale
la pena comparar The Judge con
August: Osage County, protagonizada
por Maryl Streep y Julia Roberts. Osage
County es un filme de familias conflictivas en el que también está
presente el enfrentamiento histriónico entre un “clásico” (Streep) y una actriz
“comercial” (Roberts). La diferencia radica en que Roberts ofrece a Streep una
extraordinaria pelea pero Downey Jr., entre Iron
Man y Chaplin, no se
ajusta al tono de una obra que hubiese podido ser profunda si, como Osage County, hubiese podido
retratar las profundidades de aquel “volver a casa” que implica madurar y aprender
a morir.
TheJudge (El Juez). Dirección: David Dobkin. Guión: Nick Schenk, Bill Dubuque. Fotografía: Janusz Kaminski. Música: Thomas Newman. Con Robert Downey Jr., Robert Duvall, Vera Farmiga. Francia, 2009.
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