viernes, 19 de octubre de 2012

Los señores del tiempo



Por: Fernando Zamora
Looper nació vieja aunque tiene cosas que, en una cartelera flaca, permiten recomendarla. Bruce Willis, por ejemplo. Ha sabido dar el salto a la vejez y se sostiene tanto que son creíbles sus escenas de amor. Por otro lado, cuando aparece en escena uno se imagina que si estuviera en el teatro la acción se detendría para que él recibiese el aplauso.
Como suele pasar, Looper habla más de nuestro tiempo que del tiempo que aspira a inventar la ciencia ficción: una sociedad controlada por la mafia, desconcierto en una cultura que ha vuelto frívolo el hecho de existir y, en fin, un estado de cosas en que (estamos en Hollywood) sólo salva el amor. Ciencia ficción es Julio Verne; Looper es una película para jugar a ser niño.
Y así, jugando a ser niño hay que ver otras grandes películas que en Hollywood se han filmado en torno a las paradojas del tiempo. Entre mis preferidas están Somewhere in time de 1980, Terminator 2 de 1991 y Time after time de 1979. Los cronocrímenes no es hollywoodense, es española y es casi tan recomendable como Dark city (1998) o Blade Runner (1982). Un poco de todas ellas tiene Looper y uno lo entiende: Rian Johnson está dando el paso de la televisión al cine y se ve que tiene ganas de ser como los autores que admira. La paradoja estriba, tal vez, en que los autores que Johnson admira nacieron siendo muy originales.
Dicen los que saben de esas cosas que pensar resulta un pasatiempo sano. En este sentido, Looper es un buen ejercicio y las paradojas asaltarán al novato a la salida del cine. Si uno se toma un café y hace diagramas con popotitos (chiste de Willis) se hará preguntas que corren el riesgo de borrar de golpe toda la trama de Johnson. ¿A nadie en el futuro se le ha ocurrido injertar un GPS en la persona que quiere vigilar? Debe ser que en el futuro ya no existen los GPS, entre otras cosas porque los protagonistas de Looper se evitarían muchos problemas y sus productores encontrarían un poco menos de dinero en sus cuentas bancarias.
Quedémonos pues, con la invitación a pensar. En ciencia ficción, la paradoja de Looper se llama la paradoja del abuelo: si uno viaja al pasado y mata a su abuelo, ¿se mata a sí mismo? La respuesta de Johnson, como la respuesta atontada de muchos, es ¡sí! Pero es falsa. Si uno viaja al pasado y mata a su abuelo, en el futuro no habrá nadie que viaje al pasado a matar al abuelo, así que el abuelo sigue existiendo. Lamento que Johnson no haya querido ir un poquito más lejos, hasta la teoría de los universos paralelos que trabajó tan bien Robert Zemeckis en la franquicia de Back to the future.
En todo el rompecabezas de referencias o plagios del que Looper está hecho sobresale un pequeño personaje que (por más que remite esta vez a X-Men) tiene su potencial. El Looper del título tiene que proteger, y al mismo tiempo matar, a un niño que en el futuro se volverá Rainmaker. Este personaje fascinante es la estrella de la película. Y es que Rainmaker es un pequeño Dios. Un Akira, un hacedor de lluvia que es el amo del tiempo.

Looper (Asesino del futuro). Dirección Rian Johnson. Guión Rian Johnson. Música Nathan Johnson. Fotografía Steve Yedlin. Con Joseph Gordon-Levitt, Bruce Willis y Emily Blunt. Estados Unidos, 2012

1 comentario:

  1. Había escuchado sobre esta película, que a mi parecer es buenisima con un guión muy interesante, yo la acabo de ver en hbogo porque a mi papá y a mi hermano les encantan las películas de acción como este tipo.

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