viernes, 27 de marzo de 2015

Entre la miel y la hiel

Por: Fernando Zamora
@fernandovzamora

¿Cuánto vale la vida de un mesero cuarentón? Il capitale umano (película italiana que inaugura la 58 Muestra Internacional de Cine) aclara el punto con una dosis de miel y otra de hiel. ¿Puede haber comedia en algo tan sórdido como la muerte de un hombre que vuelve a casa después de una dura jornada de trabajo? Esta película parece decir que sí. Solo el gran cine edifica con cosas así.

La crisis del capitalismo en esta segunda década es el tema de una Muestra que tiene, como en los buenos tiempos, una auténtica visión de curador. La crisis italiana se desarrolla aquí en cuatro partes que se entrelazan a la manera de Tarantino. Paolo Virzì, director de Il capitale umano, usa a favor de su historia estereotipos de la sociedad europea para mostrar que toda vida tiene su precio. Y estamos hablando de un precio real. Tiene precio el pequeño empresario que, como sucede con los avaros, quiere más. Tiene precio el rico dueño de un palacete como los que vimos en La Grande Belleza, tienen precio el muchachito que se droga y la mujer idealista que siempre quiso ser actriz pero que entre arte, amor y dinero prefiere, como tantos, el dinero.

Desde la primera toma de Il capitale umano es notable que Virzì coloca la cámara no solo en el lugar más eficiente, también en el más bello. Y si uno es de esos que piensa que la belleza es relativa debería de ver Il capitale umano. En el capitalismo todos valemos dinero contante y sonante, esto es real. Tanto como que la belleza existe. Ambos puntos quedan claros viendo a Virzì.

Con respecto a la crítica al capitalismo y a la denuncia de la crisis de Europa, Virzì esgrime otros valores casi tan interesantes como el ojo para elegir el lugar de la cámara. A saber, la falta de moralismo. En efecto, esta historia pudiese haber caído del lado del cinismo si al director se le hubiesen pasado las cucharadas de miel, pero pudo haber caído en la moralina si se le hubiese pasado la hiel. El resultado es perfecto, sazonado con la simplicidad y elegancia de un platillo italiano.

En el medio justo de los grandes artistas que además hacen también de filósofos, Virzì cuenta tres historias de avaros y una historia de amor. Es en ésta, en la historia de amor, en la que todo el tema del valor económico de un mesero muerto adquiere profundidad. Porque, sin caer en cursilerías, el autor de Il capitale umano usa como pretexto un thriller en que la pregunta “¿quién mató al mesero?” mantiene al público al borde del asiento para deslizar la historia de la niña bien y el niño mal que enternece con el esquema de La Dama y El Vagabundo.

Decía Nietzsche que no porque haya tanta mierda en el mundo, el mundo es merdoso. Debe ser cierto. En torno a la desgracia de un obrero, Virzì ha dirigido una comedia agridulce. A la altura de la gran tradición del cine italiano. No es poco. Fellini, Pasolini, los hermanos Taviani y aun Paolo Sorrentino son aquí fantasmas, influencias y homenajes que viven entre la miel y la hiel.


Il capitale umano (El capital humano). Dirección: Paolo Virzì. Guión: Paolo Virzì, Francesco Bruni y Francesco Piccolo basados en la novela homónima de Stephen Amidon. Fotografía: Jérôme Alméras. Con Fabrizio Bentivoglio, Valeria Golino, Valeria Bruni y Fabrizio Gifuni. Italia, 2013.

No hay comentarios:

Publicar un comentario