sábado, 6 de junio de 2015

Tintín psicoanalista


Fernando Zamora
@fernandovzamora

Hector and the Search for Happiness une a Tintín con el psicoanálisis. Al inicio de la película vemos, junto a las obras de Freud, Tintín y el Loto Azul, ese cómic en que el reportero viajaba a China y conocía a su amigo Tchang. En cuanto al psicoanálisis, nuestro protagonista es un psiquiatra que practica la cura por el habla con una buena cantidad de neuróticos londinenses.

La película echa mano de un narrador. Es Héctor, este psicoanalista rubio de vida tan perfecta que tiene tiempo para preguntar: “¿existe la felicidad?” Bien decían los maestros del psicoanálisis que la neurosis es un lujo de la psique. Solo alguien con tiempo para pensar puede analizarse. Un verdadero loco sería incapaz de saborear las mieles burguesas de la neurosis sobre el diván.

Un día, Héctor tiene lo que llaman los psicoanalistas un acting out. La psique incapaz de elaborar tantas contradicciones actúa de manera violenta. Una mujer le dice al psicoanalista que su vida está al borde de la cuerda y Héctor, desesperado, le dice que Tintín ha estado al borde de la cuerda. Y ¿qué hizo? Estuvo a punto de cortarla para salvar a los que amaba. La paciente no entiende pero ya entrado en actings Héctor, el perfecto Héctor, comienza a gritar. Ha llegado La Crisis.

Hace algunos años Steven Spielberg ofreció una versión churrigueresca del mundo de Tintín: El secreto del unicornio. Esta nueva película usa al mismo actor porque en realidad director y guionistas están tratando de hacer como si el periodista hubiese crecido y se hubiese vuelto psicoanalista. Héctor es Tintín. Por eso era importante que fuesen tan parecidos y que el mundo de nuestro protagonista tuviese tantas referencias al mundo de Hergé. 
Este psicoanalista tiene una relajada vida burguesa pero tiene que luchar contra ella para volverse aventurero. Tiene también a un perrito. No es Milú, por supuesto, pero Héctor niño, vestido siempre como Tintín en aquellas primeras aventuras en que recorrió el mundo, aparece a veces en sueños y trae con él una mascota. El niño y el perro muestran al psicoanalista el camino de la madurez.

Esta es la aventura en Hector and the Search for Happiness: la búsqueda por madurar. Porque aquí la moraleja parece ser que la felicidad implica forzosamente madurar para ser capaz de amar cada día más. Es esto lo que busca nuestro Tintín psicoanalista. Primero en China, donde se hace amigo de un banquero que se parece mucho al capitán Haddock. Más tarde, nuestro héroe se va a África. Como Tintín cuando estuvo en El Congo. El psicoanalista enfrenta la muerte en preparación al destino donde habrá de encontrar a un amor que finalmente maduró.

Hector and the Search for Happiness no es una gran película pero tiene el encanto de las comedias británicas. Solo los ingleses están suficientemente neuróticos como para preguntar: “¿cuál es el sentido de la vida?” La mejor película con este tema sigue siendo de Monty Python: The Meaning of Life.

Hector and the Search for Happiness (Héctor y el secreto de la felicidad). Dirección: Peter Chelsom. Guión: María von Heland, Peter Chelsom y Tinker Lindsay basados en la novela de François Lelord. Fotografía: Kolja Brandt. Con Simon Pegg y Rosamund Pike. Alemania, Canadá, Gran Bretaña y Sudáfrica, 2014.

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