Por: Fernando Zamora
@fernandovzamora
Une Rencontre cuenta la historia (vieja como el mundo) de una
pareja que encuentra las delicias del sexo y el amor en el adulterio. Él está
casado y tiene un hijo. Ella está divorciada y tiene dos. Luego del encuentro,
nuestros héroes sacan juventud de su pasado y dan a su vida lo único que falta:
un affaire.
Cuando
uno era adolescente y esperaba el primer orgasmo como quien espera la Navidad , se entretenía
mirando filmes de amor quinceañero. The
Breakfast Club o St. Elmo’s
Fire son memorables. Hay otros olvidables. Never Been Kissed, por ejemplo. Todas ellas exaltan el amor erótico y
adolescente: el viejo Boy Meets Girl
que ha hecho la delicia de tantos desde antes que Shakespeare escribiera Romeo y Julieta. Une Rencontre trata de amores
adolescentes pero con algunos cambios que vale la pena notar y otros elementos
que, por consistentes, también vale la pena notar. En el primer rubro está la
edad de los amantes. No por cuarentones dejan de estar atentos al teléfono,
emocionados por el amor, rozagantes. Parecen muchachitos. El elemento que no
varía es éste: la banda sonora. Todo adolescente sabe que la música es esencial
en el amor. Parece que también los cuarentones, sobre todo cuando son adúlteros,
se interesan en tararear la canción de moda… en los ochenta.
Hay
grandes películas de adulterio. The Bridges of Madison County, dirigida en 1995 por Clint Eastwood, me parece la
mejor. Luz
silenciosa, de Reygadas, tampoco
está mal. Pero éstas son películas que descubren lo humano en la ruptura de una
promesa matrimonial. En Une Rencontre
uno adivina la frivolidad de la palabra “amor” en estos tiempos. Ninguno de los
protagonistas se toma en serio la promesa que tradicionalmente implica el
matrimonio. Una cosa es ser madame Bovary en el siglo XIX y otra ser la
escritora divorciada convencida de que la sociedad ha superado la etapa del
amor incondicional.
Tal
vez por todo lo anterior la directora usa artificios para dar interés a una
película que de suyo no lo tiene. El primer artificio es la música ochentera y
no hay aquí ya nada que decir. El segundo es un poco más tramposo aunque ha
ganado sesudas reflexiones por parte de la crítica. Y es que como la historia
de dos adúlteros que en el fondo no se juegan nada carece de interés, la
directora dio un giro extraño al final de la película.
Estoy
convencido de que contar el final de una película es un acto de mal gusto que
todo libro de modales debiera reprobar, pero invito al público a llegar hasta
las últimas consecuencias de este affaire
para adentrarse en una disquisición más propia del cine
de vuelos filosóficos o de una película de ciencia ficción. A pesar de que es
en este giro que Une Rencontre
ha encontrado aceptación de la crítica en Europa, yo me quedo con la impresión
de que Lisa Azuelos no tenía ni idea de qué iba a suceder con sus amantes y tuvo
que inventarse un final así: aparentemente intelectual, ocioso. En todo caso
hay algo cierto. La historia amorosa y musical de estos adolescentes
cuarentones termina tan abruptamente como empezó.
Une Rencontre (Un
encuentro). Dirección: Lisa
Azuelos. Guión: Lisa Azuelos. Fotografía: Alain Duplantier. Con Sophie Marceau, François Cluzet y
Lisa Azuelos. Francia, 2014.
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