viernes, 30 de enero de 2015

Un director en apuros

Por: Fernando Zamora
@fernandovzamora

Esto es Brian de Palma: un director en apuros. Son tantos sus problemas como los de su encantadora protagonista, una de esas bellezas raras que trabajan en las agencias de publicidad. Una en Berlín en este caso. Raro que todos hablen inglés.

Hubo un tiempo en que De Palma era uno de esos directores de cine que los esnobs llaman “autor de culto”. Sus problemas comenzaron cuando se hizo de la fama de que sus obras no recuperaban la inversión original.

En el caso de Passion, los distribuidores de Estados Unidos la mandaron directo al DVD hace ya tres años. En México nuestros distribuidores (mucho menos elegantes) tratan de engañar al respetable inventándose que la película se estrenó comercialmente en 2015. Y puede que tengan razón, pero solo en México se estrenó. A veces es triste vivir en un país en que ni los distribuidores respetan al público que les da de comer.

Hace poco, en una comida un amigo me preguntó si había visto la última película de Brian de Palma. “No tenía ni idea de que hubiese vuelto a dirigir”, le contesté, y tenía razón. Brian De Palma no había vuelto a dirigir desde hace tres años cuando Passion se convirtió en uno de los fracasos comerciales más grandes de 2012. En fin, que “la última película de Brian De Palma” es tal solo en México, donde los dueños de los derechos la han traído para conseguir, de lo perdido, lo que aparezca.

Con todo y todo, creo que Passion es una buena película, pero los fanáticos de De Palma tienen razones para sentirse poco más que defraudados, entre otras cosas porque la historia es un remake. ¿Qué necesidad tenía el autor de Scarface de hacer remakes? El capitalismo es cruel.

Passion es una buena película entre otras cosas porque toca los temas recurrentes en las mejores películas de De Palma: el ejecutivo en apuros, el mundo del glamour que esconde tras bambalinas dos o tres cadáveres y un infierno. De Palma sigue siendo el mismo aunque con una cuenta de cheques agotada.

Las actuaciones son excelentes y la trama… Lástima que el título en español implique semejante desatino porque, la verdad, si uno se relaja verá que este Asesinato perfecto se puede disfrutar.

Tal vez la razón por la que la crítica y los distribuidores en Estados Unidos han odiado tanto la película estriba en el hecho de que ha sido dirigida por un monstruo de la historia del cine. No es que Passion sea demasiado mala pero si se compara con la filmografía de De Palma uno se pregunta: “¿qué fumó?”

Hay que verla, sin embargo. Verla sin prejuicios, en el caso de los cinéfilos recalcitrantes, y verla con una enorme bolsa de palomitas en el caso de aquel no tenga ni idea de quién es Brian De Palma, que será quien, sospecho, va a gozar más de esta historia barroca, banal y entretenida. Está bien actuada y bien escrita, pero el mundo del cine es extraño y cruel. A menudo la sombra del pasado es más grave en los hombros de un director como De Palma que de todos los esnobs y críticos del mundo.


PIE DE FOTO

Passion (Pasión, un asesinato perfecto). Dirección: Brian De Palma. Guión: Brian De Palma, Natalie Carter y Alain Corneau basados en la película Crime d’amour. Fotografía: José Luis Alcaine. Música: Pino Donaggio. Con Rachel McAdams, Noomi Rapace, Karoline Herfurth y Paul Anderson. Alemania, Francia, 2012.

No hay comentarios:

Publicar un comentario